Visto de lejos Estados Unidos parece un país moderno, nuevo, lleno de energía. En muchos aspectos lo es. Basta ver cómo siguen construyendo aun grandes rascacielos en Chicago, o lo rápido que cambian los obreros el tejado de una casa. Pero la realidad es más compleja. Estados Unidos tiene hoy una infraestructura casi completamente obsoleta. Durante décadas no se ha hecho apenas renovación. La visión de la nación poderosa con una gran y moderna industria que decidió la suerte de la Segunda Guerra Mundial, con la realidad de hoy, son como el día y la noche.
Sólo saliendo un poco de las ciudades se pueden ver algunos puentes de carreteras y autopistas con trabajos. Las propias carreteras están en un estado fatal, con agujeros y socavones como los que habría en cualquier país del llamado “Tercer Mundo”. Por no decir la falta de trenes para viajeros y de transporte público.
Pero una de las cosas que más me ha llamado la atención es lo que no se ve. Las conducciones de agua, por ejemplo. Tomando como referencia un artículo, y contrastándolo con información de mi amigo Fred, se ve que hay mucho, muchísimo por hacer. Por ejemplo en Warren, pequeño barrio cerca de Detroit. Este invierno sufrió 107 cortes de agua en un mes. Cierto que fue un mes particularmente frío, en el frío invierno de los Grandes Lagos. Pero debería estar previsto.
El alcalde de esta ciudad, Jim Fouts, comenta: “todo el mundo mira hacia el otro lado y aquí tenemos una bomba a punto de explotar”. Y añade: “desgraciadamente lo que esta debajo de la superficie es tan peligroso como lo que esta encima”. En efecto.
El articulo hace referencia a que aun funcionan cañerías generales…!de madera! Sí, troncos de madera agujereados funcionan como cañerías para toda la población. Los alcaldes y encargados del mantenimiento del agua de muchas poblaciones se quejan de que se pierde entre un cuarto y la mitad del agua potable; de que los destrozos que ello ocasiona son muy grandes; de que en algunas ciudades tiene que hervir el agua debido a la contaminación que producen estas averías y sucesivas reparaciones.
Algunas cañerías, las más viejas, tienen 200 años. Su duración media máxima es de 120. Las siguientes que se instalaron, en los años 20, duran como máximo 100 años. Y las que se instalaron despues de la Guerra Mundial, duran unos 75 años. Conclusión: casi todo está por renovar. Al menos una mitad es ya cuestión urgente de salud publica hacerlo.
El responsable de la Agencia del Agua, Wayne Klotz, afirma que “el numero de averías está aumentando”. La Agencia estima que hay unos 240.000 cortes de agua al año. Y calcula en 334 billones de dolares las necesidades de renovación de cañerías para las próximas dos décadas.
Mientras tanto el paro se incrementa. El oficial es un 8,5%, algo no visto en décadas. Pero si se estima también la gente que no esta registrada, la que tiene un empleo a tiempo parcial porque no encuentra a tiempo completo, o la que busca empleo por primera vez, entonces la cifra aumenta a un 15,6%. Hay pues una gran posibilidad de dar empleos públicos en trabajos públicos, además de los servicios. Pero Obama no está haciendo esta politica, sino ayudando a los bancos. Para él, acaba de declararlo, el sistema financiero es el “Pilar de la economía”.
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