diumenge, 29 de març del 2009

Cròniques de L' Alfons Bech a DETROIT: "Antes y Después de AIG"

Probablemente el escandalo del pago de bonus a los ejecutivos de AIG marcara un antes y un despues en la crisis del sistema en Estados Unidos. La indignacion de los ciudadanos es tal que hasta los periodicos mas importantes se tienen que hacer eco. El New York Times del 21 de marzo habla por ejemplo de mensajes de correo que envian a la compania AIG. Uno de ellos les dice: “mi mayor satisfaccion seria que todos los ejecutivos y sus familias fueran ejecutados al fuego lento”. Otro sugiere que se publique una lista de los ejecutivos “Yankies” para que “algunos chicos del Sur se hagan cargo de ellos”. Mas importante que los e-mails: hay manifestaciones. El pasado martes una de ellas en Manhattan, ante la sede de AIG, con multitud de pancartas que decian “!BASTA!”.

AIG muestra los limites del propio sistema capitalista. “Demasiado grande para caer” pero a la vez demasiado grande como para dejar en manos privadas. Continuar dando dinero para salvar uno de los pilares del sistema financiero USA pero sin controlar su gestion ni cambiar su equipo dirigente se ha convertido en uno de los dilemas mas fuertes de Obama.
En efecto la politica de Obama se basa mas bien en “corregir los excesos” del sistema, pero sin tocar la esencia del mismo. En diciembre del ano pasado Obama intentaba ya definir los limites de su accion economica para evitar problemas ulteriores: “No queremos gestionar las companias”. En una entrevista a la NBC clarificaba su posicion: “En general los gobiernos historicamente no lo han hecho muy bien (la gestion de la economia)”. Pero esa politica choca con la realidad. Y el gobierno ha tenido que tomar decisiones como poner un impuesto del 90% sobre los bonus (o paga de beneficios) de aquellos ejecutivos que cobren mas de 250.000 dolares al ano. Es una decision impensable hace apenas unos dias, que demuestra la presion publica. Pero ni aun asi se ha calmado el debate.

Un articulo de The Wall Street Journal del 20 de marzo analizaba y situaba asi las alternativas: “Lo ideal seria tener bajo control el conjunto de la situacion. Los gobiernos no estan preparados para hacer negocios, y los hombres de negocios no estan preparados para operar en medio de las complicadas sensibilidades politicas. Los gobiernos dirigen a traves del consenso y las companias a traves de grandes decisiones tomadas desde arriba.” “...a pesar de las especulaciones, la administracion no quiere nacionalizar ningun banco ni tomar bajo su control el sector del automovil. La nacionalizacion distorsiona los mercados, crea injustas ventajas e introduce otras consideraciones o sospechas politicas en las decisiones comerciales. He aqui de hecho la gran diferencia entre que el gobierno inyecte capital solamente o tome un lugar minoritario en los negocios. Entre un proyecto de devolver el dinero de los contribuyentes pero sin confusion sobre quien continua dirigiendo la compania o, del otro lado, nacionalizar la firma o ser el socio mayoritario. Esta es la linea que el gobierno ha elegido no cruzar. AIG es la excepcion. Porque el desastre de AIG ha hecho que el gobierno invierta tanto dinero que ahora tiene casi el 80% de la compania. Los contribuyentes son los mayores propietarios.” Este interesante articulo del periodico que mas defiende los intereses de Wall Street terminaba asi: “Por tanto, por mas que el gobierno intenta permanecer fuera de las decisiones de la direccion de los negocios, los acontecimientos demuestran que a veces esto es inevitable. De hecho, en muchos sectores, esto es un probado mecanismo para controlar precisamente esta situacion”.

Es decir, la situacion esta llegando a tal descontrol que el gobierno de Estados Unidos probablemente necesitara meterse a dirigir los negocios, las empresas, los bancos. Los excesos de la burguesia de ese sector del capital, su avidez de dinero sin valorar las terribles consecuencias sociales que comportaban sus decisiones, quizas obliguen a Obama a hacer lo que no queria hacer. Por supuesto esto no significa que dejen de ser negocios capitalistas.
Si se da esta situacion abre la puerta para luchar en mejores condiciones por un control democratico de la economia. Y, como una parte esencial de ese control democratico, se puede poner encima de la mesa la necesidad de que sean los sindicatos los que vigilen concretamente las operaciones diarias de los bancos, los que controlen que tipo de produccion es conveniente y como se realiza, que cambios podrian introducirse en el sector del automovil, uno de los que debera cambiar mas en el futuro. Pero esto es otra situacion que necesita una mayor movilizacion de la sociedad americana.

El motor de todos los cambios economicos y, por tanto, politicos, son las agudas contradicciones del propio sistema capitalista, no la conciencia. En Detroit estas contradicciones son visibles solo con salir a la calle. Una historia industrial, democratica y humana de las mas interesantes entre todos los Estados de la Union. Y a la vez una situacion de decadencia que pide a gritos cambios radicales.

Enviat per l'Alfons Bech des de DETROIT (Estats Units)